En mi búsqueda por
el santo grial del taco, he ido a parar en taquerías de más de 15 estados del territorio
nacional mexa y al menos en 5 países.
En este viaje me he
encontrado con muchos charlatanes y extremistas; profetas de la soya, creyentes
del queso cheddar, predicadores de la lechuga, del taco shell, adoradores del
breakfast taco, militantes del ala más dura del tofu, lobbyists del taco
vergano y demás lúmpenes; quienes, en pocas palabras, orbitan en la periferia
de la tortilla. Exiliados; degenerados, expatriados del sabor.
En esta misma búsqueda
también he tenido epifanías. He visto como se abre ante mí un nuevo universo en
cada bocado.
Ustedes saben que es
muy difícil encontrar un puesto o establecimiento en el cual, como en el Feng
Shui, exista armonía entre todos sus elementos. Llámese precio; ubicación; ingredientes;
variedad; salsas; cantidad de grasa, etc.
Encontrar un lugar
como tacos don Chava; es en sí como si te absorbiera un agujero negro. Es como
entrar en un vortex; como escuchar black metal por primera vez; como subir
trotando descalzo el cerro del Cuatro a mediodía, como tomarte una caguama Dos
Equis con escarcha…
A este lugar llegué
invitado por uno de mis aliados en la cruzada contra el tofu; el Senséi
Alexander VW, un tipo decente, que visita este templo con frecuencia una vez
terminada una de sus arduas sesiones de Jiu Jitsu y, quien me estuvo
anticipando la tripa por varias semanas, provocando una gran expectación.
Tengo que confesar
que mis expectativas eran muy altas, pero al ver la devoción que tenían por los
ingredientes; como por su cuchillo hablaba su espíritu y cortaba el humo, fue
en ese momento que supe que mis estándares no importaban más nada y que lo único
que quedaba por hacer era dejarme llevar por la experiencia.
Muy pocos maestros
pueden preciarse de ser expertos en todo tipo de carnes y distintos métodos de cocción
o cocinado. Requiere mucha habilidad poder perfeccionar el oficio del pastor,
la asada y el chorizo. Poder dominar una plancha no es tarea sencilla. Sin
embargo; hipnotizar una plancha y que haga exactamente lo que le pides mientras
seduces a la estación del baño maría, y al mismo tiempo controlas el dificilísimo
arte de freír tripas y no solo eso, sino también cocinarlas al dente (Alexander
dixit). Simplemente, no cualquiera.
Se necesita ser un
mercenario; un pirata; vivir con el cuchillo entre los dientes y el afilador en
la mano; ver mas allá de lo evidente; manejar con suma maestría las
temperaturas; dirigir a tu equipo de taqueros como quien capitanea un barco.
Se necesita ser muy cabrón
para lograr todo esto. Se necesita ser
Zidane; Yuri Gagarin; Jorge Campos; Caín Velásquez, se necesita ser don Chava.
Gourmet callejero
nunca se fue. Seguimos en la búsqueda del taco perfecto, y no me importa la
etiqueta de mejor o peor. Pero te puedo asegurar sin temor a equivocarme, que
si eres fiel a tu tradición garnachera y tu paladar tiene credibilidad en las
calles, este lugar te va a gustar.
Vamos a no comentar
más ná. Vamo a mantenerlo real.
Tacos Don Chava.
Manuel Acuña esquina
Pedro Buzeta.